«Que sea mediático»: aun con restricciones, un preso de alto perfil ordenó balear un colectivo
Carlos «Peloduro» Fernández fue acusado como instigador del ataque a un interno de la línea 146, hecho cometido por un menor que se filmó disparando
A pesar de estar preso bajo la categoría de alto perfil, un recluso de la cárcel de Coronda instigó el ataque contra un colectivo de la línea 146 ocurrido el 5 de septiembre. A cargo de apretar el gatillo, a cambio de una paga de 50 mil pesos, estuvo un menor de edad que filmó el hecho. Así lo dio a conocer la Fiscalía en la audiencia imputativa contra Carlos «Peloduro» Fernández, ya condenado por homicidio y por narcotráfico. «Tenemos que hacer que sea un poco mediático», pidió desde la cárcel.
El jueves 5 de septiembre cerca de las 20.15 el colectivero Walter A., de 40 años, manejaba la línea 146 por Grandoli hacia el norte cuando al llegar al cruce con Spiro, en barrio Tablada, vio a una persona en la parada. Al notar que no se trataba de un pasajero, porque no había hecho señas para detener el transporte, el chofer continuó su marcha y segundos después escuchó una serie de disparos contra el colectivo.
Uno de los cinco pasajeros que iban en el transporte llegó a ver que la persona que estaba en la parada había sido el autor de los disparos. Por temor, el chofer continuó hasta Necochea y 27 de Febrero, donde activó el botón de pánico y abrió las puertas a los pasajeros. Ninguno estaba herido y se fueron de allí por voluntad propia.
Este viernes se llevó a cabo la imputación a tres involucrados en ese hecho y a una persona más por facilitar el arma usada. El fiscal Franco Carbone solicitó la calificación de tentativa de homicidio en distintos grados para cada imputado; y el juez Gonzalo Fernández Bussy resolverá el lunes esa cuestión y la medida cautelar para los acusados.
Detenidos tras el ataque
Horas después de la balacera la Brigada Motorizada realizó un operativo de saturación en la zona de Grandoli y Spiro. Según comunicaron luego, del diálogo con vecinos surgió el apodo de sospechoso de haber baleado el colectivo. Con la información de que podía estar en una vivienda de Convención al 3800 los policías acudieron a ese lugar pero no encontraron a quien buscaban. Allí había un joven que dijo ser familiar del sospechoso y brindó otra dirección.
En ese domicilio, ubicado en las torres de Sánchez de Thompson 190 bis, los agentes vieron a dos personas ingresar a la vivienda. Uno de ellos era el buscado, de 16 años e identificado como A. G. M, y el otro un primo suyo llamado Kevin Alfredo R., de 24 años. Por orden del fiscal Franco Carbone la policía allanó la casa y secuestró unos 10 gramos de cocaína fraccionados en 39 envoltorios.
También secuestraron cinco celulares, de donde surgió información para esclarecer cómo se había planificado el ataque al colectivo y parte del trasfondo del ataque. La investigación condujo al pabellón 8 de la cárcel de Coronda donde está detenido Carlos «Peloduro» Fernández, hoy de 33 años pero conocido por las crónicas policiales desde que era no punible.
Desde la cárcel
Este viernes el fiscal Franco Carbone le atribuyó a Peloduro ser el instigador del ataque desde su lugar de detención, a pesar de las restricciones anunciadas sobre los presos de alto perfil. De los peritajes a los celulares secuestrados pudieron recuperar mensajes de los momentos posteriores a la balacera. En uno de ellos se comunicó con el menor apuntado como autor del hecho, a quien le pidió que realizara otro ataque porque necesitaba «que salga en el noticiero, en la radio».
«Escuchame, mirá que mandamos data a la taquería (comisaría) y no hay nada dice. ¿Vos decís que no podemos hacer otro más? Te damos los 50 más ahí nomás al toque. Porque tenemos que hacer que sea un poco mediático», le dijo Peloduro al menor. «Fijate que ahí estaba la yuta. Estaban ahí donde yo tiré, fijate boludo, mandá a alguien a fijarse, yo me vine a mi casa», respondió el otro.
Según reconstruyó el fiscal, después de los tiros el menor corrió por calle Spiro hasta un pasaje peatonal ubicado en el cruce de Spiro y Tafí, donde se encontró con Kevin Alfredo R. Minutos después le mandó el video del ataque que había filmado con su celular en simultáneo a cuando disparaba. Mientras tanto Kevin mantenía al tanto de lo que hacía a su prima, Damaris Betania F., quien después los resguardó en su domicilio y colaboró para ocultar el arma de fuego usada en el ataque.
Intención de matar
En la acusación el fiscal Carbone planteó que el menor «efectuó al menos cinco disparos contra la unidad, con clara intención de dar muerte a su chofer como así también a los pasajeros ocasionales». «Este hecho tuvo la clara finalidad de infundir temor y conmoción pública», agregó.
El funcionario analizó que tal motivación «se evidencia no sólo en la utilización de un arma de fuego de guerra, calibre .9 mm para la concreción del ilícito, sino también en la selección de un medio de transporte público como blanco del ataque». En ese sentido enmarcó el hecho en «el contexto social que atraviesa la localidad, principalmente por los homicidios de trabajadores inocentes -Bruno Bussanich, Marcos Daloia, Héctor Raúl Figueroa y Diego Alejandro Celentano-, perpetrados en el mes de marzo del corriente año».
Esa línea de la acusación se mantuvo también al momento de presentar la calificación a Peloduro Fernández, Damaris Betania F. y Kevin Alfredo R. A los tres la Fiscalía les atribuyó, respectivamente, la instigación, la participación secundaria y la coautoría en el delito de tentativa de homicidio calificado por precio o promesa remuneratoria e intimidación pública agravados por el uso de arma de fuego y por la participación de un menor.
Otros delitos
La Fiscalía también formalizó la acusación sobre Kevin Alfredo R. por la droga secuestrada en la vivienda de Sánchez de Thompson al 190 bis en la que fue detenido. Por esos 39 envoltorios por un total de unos 10 gramos de cocaína le atribuyeron el delito de tenencia de estupefacientes para comercialización.
Además fue acusado otro joven, identificado como Brandon Gabriel M., a quien le endilgaron la provisión de arma de fuego de guerra en calidad de partícipe primario. El fiscal Carbone lo acusó de haber hecho de intermediario para conseguirle a Kevin Alfredo R. el arma utilizada en el ataque al colectivo.
Fuente: La Capital