Caso Vialidad: quiénes son los jueces de Casación que fallarán en contra de Cristina Kirchner
Se trata de los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, quienes como reveló El Destape visitaban a Mauricio Macri en secreto en la Quinta de Olivos y la Casa Rosada durante su presidencia. El primero dijo ante sus pares que mantenía una relación social con el entonces mandatario y fue denunciado por su expareja por violencia de género. El tribunal se completa con el magistrado Diego Barroetaveña, designado en Casación por Macri y quien favoreció a al primo Calcaterra en la causa Cuadernos.
La red de relaciones de quienes impulsaron la causa Vialidad en instrucción, de quienes juzgaron a la expresidenta Cristina Kirchner en un juicio sin pruebas y de quienes revisarán esa sentencia este miércoles en la Cámara de Casación expone el verdadero motivo por el que se creó esta causa emblemática del Lawfare: para perseguir a CFK.
Los camaristas de Casación Gustavo Hornos, Mariano Borinsky y Diego Barroetaveña son quienes revisarán la condena a Cristina Kirchner a 6 años de prisión e inhabilitación a ejercer cargos públicos, dictada en la causa Vialidad. Este miércoles a partir de las 11 darán a conocer si anulan esa condena, si la disminuyen, la amplían o la confirman. A juzgar por las filtraciones en los medios de comunicación hegemónicos, la confirmarán. No sorprende. Los tres jueces tienen en común un vínculo directo con Mauricio Macri. En un tuit de este martes, CFK se refirió a lo que sucederá este miércoles y definió a esos tres camaristas como «Los copitos de Comodoro Py», en un paralelismo con la banda que intentó asesinarla. «Mañana a las 11hs verás nuevamente en acción a ‘Los Copitos de Comodoro Py’ cumpliendo la orden impartida por el Grupo Clarín en la tapa publicada días después de que intentaran asesinarme en la puerta de mi casa. ¿Te acordas? ‘La bala que no salió y el fallo que sí saldrá’ era el título de la nota del editor del diario Clarín de ese día. O sea; si no me mataron, tengo que estar presa», tuiteó.
Los camaristas Hornos y Borinsky, como reveló El Destape, visitaban asiduamente a Macri en secreto en la Quinta de Olivos y la Casa Rosada durante su presidencia. Lo hacían en fechas cercanas a cuando fallaban en contra de dirigentes kirchneristas. Cuando se conocieron sus escandalosos encuentros con el entonces mandatario, Hornos fue interpelado por sus pares, a quienes les dijo que mantenía una relación social con Macri. Borinsky y Macri confirmaron que jugaban al paddle o tenis, es decir, que se encontraban fuera de los ámbitos institucionales. Barroetaveña, por su parte, fue designado en Casación por el propio Macri, está mencionado en los chats del caso “Vuelo a Lago Escondido” y falló a favor de sacar del juicio del caso Cuadernos y enviarlo a la justicia electoral al primo Ángelo Calcaterra bajo la excusa de que no pagó coimas sino aportes de campaña irregulares, decisión por la que fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura.
Esta red de vínculos explica el fallo que se conocerá este miércoles. Al que hay que darle un contexto mayor. Es que los camaristas que se reunían con Macri en Casa de Gobierno y Olivos confirmarán el fallo de quienes jugaban al futbol en la quinta Los Abrojos, de Macri. El juez del juicio Rodrigo Giménez Uriburu –quien firmó la condena contra CFK junto a Jorge Gorini y Andrés Basso- y el fiscal Diego Luciani –el acusador del debate- jugaban juntos en el equipo de jueces y fiscales Liverpool y hay fotografías que los muestran participando de eventos futbolísticos en la quinta del expresidente.
Como si esto fuera poco, el juez que instruyó la causa en primera instancia fue Julián Ercolini, uno de los jueces que viajó en un vuelo privado a la mansión de Joe Lewis en Lago Escondido, junto a otros magistrados, funcionarios porteños y un ex espía, todos invitados por dos ejecutivos del Grupo Clarín. Entre los pasajeros de ese vuelo selecto estuvieron el camarista Carlos Mahiques (nombrado en Casación por Macri) y su hijo Juan Bautista (exoperador judicial de Macri y ahora Fiscal General porteño). ¿Por qué este último dato es relevante? Porque el fiscal ad hoc junto a Gerardo Pollicita en la instrucción de la causa Vialidad fue Ignacio Mahiques, hijo de Carlos y hermano de Juan Bautista.
Recordemos: el impulsor del caso Vialidad, en 2016, fue Javier Iguacel, quien entonces era director de Vialidad nacional. Al día siguiente de asumir al frente de ese organismo, Iguacel ordenó una auditoría solo para las obras viales de la provincia Santa Cruz. Fue su primera decisión como director de Vialidad. Lo que pudo armar con ese estudio lo envió a Comodoro Py. El caso fue bien recepcionado en los tribunales federales de Retiro por Ercolini. La tesis era que CFK, supuestamente, había favorecido al empresario Lázaro Baez con obras y que luego el empresario le pagaba un “retorno” a través del alquiler de hoteles de la familia Kirchner en el sur.
La acusación de los fiscales de juicio Diego Luciani y Sergio Mola se tomó de la presentación de los denunciantes y sostuvo que se dieron diversas irregularidades en 51 obras adjudicadas a Báez. Las dos más relevantes: el incumplimiento en las tareas o demoras injustificadas, por un lado; y supuestos sobreprecios, por otro. Ambas cuestiones fueron derribadas por los diversos testigos que prestaron declaración en el juicio. Por ejemplo, Justo Pastor Romero, uno de los dos ingenieros que firmó el informe de auditoría de Vialidad en el que se basa la denuncia de Iguacel que dio inicio a la causa, demolió la acusación cuando atestiguó: “De nuestro informe no se desprende que haya rutas paradas y no construidas. Tampoco que haya defectos constructivos de importancia. Y tampoco se desprende que haya desvíos en certificaciones. Mucho menos el informe habla de sobreprecios”, aseguró el especialista, quien también dijo que jamás consideró que el trabajo que hizo iba a ser usado para una acusación penal.
¿De qué se la acusó a Cristina en instrucción? De ser la jefa de una asociación ilícita que asignó supuestamente de forma irregular recursos para solventar obras adjudicadas a Báez en Santa Cruz y que este luego le pagaba por ello. Es decir, se consideró que los gobiernos kirchneristas fueron una asociación ilícita. Finalmente, la condena en juicio no dio crédito a la asociación ilícita e hizo foco en una presunta administración fraudulenta. Por eso a CFK la condenaron a 6 años de prisión y no a 12 como pedía la fiscalía. Lo que mantuvieron los jueces fue lo que verdaderamente motivó el avance de esta pesquisa: la inhabilitación perpetua para que Cristina ejerza cargos públicos, es decir, su proscripción.
«¿Por qué me condenan ‘Los Copitos de Comodoro Py’? -preguntó CFK en su tuit de este martes-. Por un delito que como Presidenta nunca pude haber cometido: el de administración fraudulenta en obras viales, aprobadas por el Parlamento en los presupuestos nacionales, licitadas, ejecutadas y pagadas por el gobierno de la Provincia de Santa Cruz y aprobada su rendición de cuentas por la Auditoria General de la Nación y el Congreso de la Nación desde el 2003 al 2015. Tan es así, que ningún Jefe de Gabinete de la Nación -constitucionalmente responsable de la ejecución del presupuesto y la administración del país- fue acusado y que el propio Ministro nacional responsable del área durante nuestros tres gobiernos, fue absuelto», explicó. «Se vuelve de cualquier lugar menos del ridículo», agregó.
Según filtran los medios hegemónicos de comunicación, Casación confirmará la condena del juicio por 2 votos contra 1. Borinsky y Barroetaveña seguirían la línea del tribunal de juicio mientras que Hornos la de la fiscalía, es decir, la de condenar a la también exvicepresidenta a 12 años de cárcel.
Fuente: El destape